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Estoy haciendo de la peque una montañera, apenas levanta seis palmos del suelo, y sus pies son dos pulgas enfundados en unas botas, pero ella disfruta con los pios y las flores, hace acopio de bellotas y piedrecitas para poner a cocinar en una olla diminuta:

Por las tardes salgo al monte voy caminando despacito, entre dos gigantes. Al cruzar la verja se pasa por entre zarzas y me suben en brazos para que no me pinche, luego enseguida llegamos a un camino de piedrecitas y arena. Es un camino ancho entre dos paredes de hierbas y tojos. Caminamos por el medio para no pincharnos con las ramas y yo llevo los brazos en alto para poder cogerme de las manos de mis gigantes mientras subimos la primera cuesta. Me canso un poco, pero sólo un poco. En lo alto, alto de un muro hay un perro que siempre nos ladra, ¡calla can!, le digo, pero el sigue ladrando, Gonzalo, el más grande de los dos gigantes, me dice que ladra porque el también quiere pasear con nosotros, pero a mi me da miedo y me cojo fuerte de su mano, como él es aún más grande que el perro seguro que le asusta y no se atreverá a saltar. Cuando el perro se calla, se escuchan los pajaritos, ellos también están de paseo, y cantan… a mi me gustaría cantar; sol, solito, caliéntame un poquito…pero no me acuerdo muy bien de la letra, además si canto no puedo mirar a todas partes. Hay nubes altas que corren entre los árboles y ayer vimos a un helicóptero, era rojo y blanco, y el avión que vimos después era blanco, iba muy deprisa y por el culo le salía una nube blanca también. La abuela giganta me ha dicho que se iba a Barcelona a ver a la tía Marta y a la abuela Mercedes, pero el avión era muy pequeño y no sé si Marta lo verá, pero si lo coge cuando llegue, se lo podría meter en un bolsillo y así luego vendrán con él hasta aquí. Yo en los bolsillos me guardo las bellotas y las piedrecitas. Me gusta mucho coger bellotas para la comidita de mis bebés, son como las croquetas que me pone papi. También hay bellotas con sombrero, pero el sombrero se cae y lo pierdo, además se me rompe en los bolsillos… me gustan más las bellotas sin sombrero. Y las castañas, cuando pasamos entre unos  árboles altos, había bolas con pinchos en el suelo, las castañas están dentro. Los pinchos se llaman erizos. Los erizos pinchan mucho, no se pueden coger con la mano. Gonzalo y la abuela los pisan  y dentro salen las castañas pero a mi no me salen cuando los piso porque tengo los pies pequeños. Cogí tres castañas y cuando llegue el invierno las pondremos en la chimenea y se las daré a los bebés, será comida de verdad. También he cogido flores, cada día cojo unas flores antes de llegar a casa, amarillas y azules, las azules son pequeñitas y las amarillas tienen unas ramas verdes muy duras, yo no puedo arrancarlas, me las cogen los gigantes. Y hay otras flores que tienen una bola de estrellitas, soplas y salen volando todas las estrellitas. En el camino hay muchas, pero sólo cogemos las que tienen la bola grande. Hoy cogí una  grandota para llevarme a casa pero en dos pasos salieron volando solas todas las estrellitas. Cuando se caen las estrellitas es una flor fea, así que la tiré y sólo me quedé con las amarillas y dos azules chiquitinas, cuando llegue las pondremos en un jarrón para mami.

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