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He llenado mi lado izquierdo (o es el derecho?) de notas adhesivas para recordarme a mí misma que siempre hay dos caminos.
El sábado estuve de cena con la panda de 30 a 40 y me sorprendí cuando hablaban de la emigración como si fuera una peste. "En Galicia aún no os ha llegado". No dije nada, simplemente me callé. Me hubiera apetecido contar que las personas no emigramos por placer o por aventura. Quisiera haber abierto la boca para decir que por un instante podrían ponerse en su lugar, desarrollar algo de esta empatía que a mí me sobra, cerrar los ojos y colocarse en su piel: a nadie nos gusta estar lejos de nuestro hogar, de nuestra familia, de nuestros amigos. Pero me limité a escuchar... demasiadas batallas ya vividas durante la semana como para empezar una más. Cuando se comentó la posibilidad de ir un fin de semana a Sitges, alguien contestó: A Sitges? a qué? a ver mariconas? me pregunté si el médico que hablaba así sería capaz de tratar de la misma forma en la consulta de la seguridad social, a una pareja del mismo sexo, o a una pareja de árabes o a mí. Quizás, pensé, hacen como yo cuando entra en la imprenta el cliente borde de turno: una sonrisa y dígame usted qué desea esta vez.
El sábado pasó, y el domingo lo pasé tirada en el sofá, intercalando televisión aburrida, duermevela y libros de tipografía (Esto de poder adquirir por fin mis propios libros es una gozada para el alma). Así pasaron las horas y no pensé en ello más allá de lo necesario.
Hoy, en el trabajo, mi compañero estaba aburrido. Cuando sucede esto habla conmigo más de la cuenta, o más de lo que yo quisiera. Me contó que antes, cuando estaba su anterior compañera, y no tenían trabajo o estaban aburridos, se dedicaban a bajar fotos de mujeres con los pechos descubiertos y a valorar si eran de silicona o eran naturales. De nuevo callé y seguí a lo mío.
Al cerrar necesitaba un caramelo para dulcificar tanta estupidez y me fuí con la jefa a ver la nave nueva, en donde a partir de diciembre podré dar rienda suelta a todo lo imaginado y convertirlo en realidad.
©imagen:deviantart

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