No quiero estar sin ti; Si tú no estás aquí me sobra el aire; No quiero estar así; Si tú no estás la gente se hace nadie.
Sigo descubriendo cosas de mí misma (esto del autoconocimiento no se acaba nunca??) a través de las situaciones que la vida (o el destino) me va colocando en el camino. El fin de semana en Barcelona ha estado genial, quizás nos faltó disfrutar de la noche barceloní, pero primo, no se puede vivir el día y la noche a la vez, y yo a estas alturas prefiero llenarme de energía diurna y de largas caminatas, aunque sea en círculos, perdiéndote para volverte a encontrar.
Si tú no estás aquí no sé; Que diablos hago amándote; Si tú no estás aquí sabrás; Que Dios no va a entender por qué te vas.
Además de cargar las pilas con otros aires, otros paisajes y paisanajes, han sido unos días de "cantata"... casi no recordaba lo que me gustaba cantar. Supongo que un día descubres que lo haces fatal y cedes el lugar a las buenas voces, hasta que llega otro día y te sueltas por soleares con viejas glorias, y entre canciones y risas, aparece aquel caramelito.
No quiero estar sin ti; Si tú no estás aquí me falta el sueño; No quiero andar así; Latiendo un corazón de amor sin dueño.
Hacía tiempo que no la escuchaba; voz a voz, las palabras salían de nuestros labios, llegando a un momento de caraoke total, donde la representación de las sensaciones que aporta la canción, era un ingrediente más del espectáculo improvisado.
Derramaré mis sueños si algún día no te tengo; Lo más grande se hará lo más pequeño; Pasearé en un cielo sin estrellas esta vez
Tratando de entender quién hizo un infierno el paraíso; No te vayas nunca porque.
Recuerdo la canción... llegó a mí a través de un casete grabado por ángel (señal de que es una vieja gloria), pero fue ana quien dijo "esta canción es un caramelito". Recuerdo la relación afectiva que mantenía en aquel momento, recuerdo que esta canción ponía letra al sentimiento que me llenaba el alma... recuerdo que un día me levanté y me dije... si tú no estás aquí, qué diablos hago yo amándote?, y aquello fue el principio del fin. Aún tardé algún tiempo en encontrar el punto final; ninguno de los dos sabía dónde lo habíamos guardado. Y mientras lo buscaba, comprendía que se puede amar sin estar aquí, pero no se puede estar aquí y no amar. ("si hay que ir se va, pero ir para nada es tontería").
No puedo estar sin ti; Si tú no estás aquí me quema el aire; Si tú no estás aquí no sé...Si tú no estás aquí.
Y ahora, la vida me vuelve a poner en una situación similar pero distinta... A veces, fantaseo con la idea de que estás aquí; puedo verte mientras escribes; puedo sentir el roce de tus labios, oír la cadencia de tu voz, al leer lo escrito; me pregunto dónde comienza lo real de lo imaginado, dónde se abandona el personaje para ser piel, músculo, vísceras y huesos. Y ahora siento que tú estás aquí, a pesar de que estás más allá que acá; a veces siento qué diablos hago yo amándote, a veces me pregunto si puedo (debo?) echarte de menos, pero el problema es que si tú no estás me falta el sueño y me quema el aire.
3 comentarios
marta -
Primo... no te quejes, que lo pasamos muy bien, y la salida nocturna por barna, quedará para cuando las copas bajen de precio o para cuando nuestro trabajo nos lo pueda permitir...(primo, con 20 eurazos no teníamos ni para empezar en la capital catalana)
borja -
lumieira -
Xa comprei buga, antes de Navidad estrenamos.
Chuchos